Secretos,
morbo,
deseo,
placer.
Recorrer sin tapujos tu cuerpo,
sin dudas, sin problemas.
Deteniéndome solo lo necesario
para escuchar tu gemido en mi cama.
Cuestión de piel, de sábana, de tiempo.
Analizando si soltar a la bestia
-hay que mantener un poco las formas-
Dejarme ser, fluir, liberarme,
pedir que me tomes sin miedo del pelo,
ir al ritmo de la música de fondo,
acabar en armoniosa sinfonía.
Paro, recupero energía,
un poco de agua, un cigarro.
Sudor,
calor,
sexo,
gozo.
Momento mágico sin distinción,
no importa quien sos ni quien soy
en este juego de roces.
Mi cuerpo se deja tocar sin miedos,
lentamente va perdiendo pudor,
va inflamándose de ganas
esperando el fin.
Final que llega acompañado
de un intenso cortocircuito
de norte a sur, de este a oeste,
que avisa de la lluvia
que humedece la tierra donde caemos extasiados.
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