lunes, 3 de noviembre de 2014

Helado.

A veces,
solo a veces, 
las cosas van tomando forma y color.

  Es entonces cuando me doy cuenta que no hay nada que no pueda ser reemplazado, que el amor perfecto está compuesto de tantas cosas distintas, que puede ser equiparado con un cúmulo de gente, cada cual con su función. Descubro que eso que duele puede ser desplazado para rellenarse con empuje -esa fuerza de voluntad que fue fogoneada y ahora es un incendio- con motivación. 
  Siempre vuelvo a lo mismo, yo soy amor. Amor que suele exceder mis límites y se vuelca a mi alrededor, llega a quienes lo merecen y a quienes no tanto, pero es quien soy. Sin embargo, y acá está lo doloroso, me voy volviendo cada día más fría, desconfiada, calculadora. 
  Tras una serie de eventos -que podremos llamar o no desafortunados - voy entendiendo que tal vez la idealización de la vida es causante de tanto embrollo, ¿Por qué debería ser así y no de otra forma? ¿Por qué esperar que sea simple? ¿Por qué dar sin recibir?.
  Comprendo pues que la distancia es mejor, que la mente fría -y el corazón- es responsable de un análisis más fructífero, más objetivo, más egoista. Y tal vez llegó el momento de cortar con las oportunidades, con los intentos, cerrarme, jugar un juego que quise dejar, pero en el que soy muy buena. 
  Finalmente, luego de tanto pensarlo, decido obligarme al hielo, al cálculo. Vendrán miles de oportunidades que me pondrán a prueba, intentaremos pasarlas intactas. Cierro entonces la llave de paso, dejaremos de desperdiciar ese amor que rebalsa de la fuente, esperaremos pues que se seque y tal vez, solo tal vez, en el futuro volveremos a empezar. 

A veces,
solo a veces,
el silencio es la respuesta,
el color es negro,
y la temperatura es 0º.


miércoles, 8 de octubre de 2014

No rima pero descarga.

A veces siento que tengo que escribir,
porque el cuerpo me lo pide,
el corazón.
Pero todas esas veces, se me atoran en el pecho
las palabras. 
Entonces nada me gusta
y nada tiene sentido.
Solo necesito un poquito,
apenas unas lineas para sentir que es suficiente.
Para ahogar la ansiedad que me persigue
cuando se llena el tanque de emoción.
Es el problema cuando conviven
 un cerebro racional y un corazón de bailarina.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Solo quería amor.

El recuerdo vívido de ese día
me miré y me arreglé
solo quería amor.
Tenía todo planeado,
ubicación, contacto, jugadas,
solo quería amor.
Todo salía segun el cronograma,
pero el tiempo es efímero
se filtraba tan rápido,
y yo solo quería amor.
Dejé un mensaje al viento,
que me ofrecía un rato más,
avisé que luego volvía,
era todo por amor.
Volví tarde, lista para irme
y era todo oscuridad,
te llamé gritando en el silencio,
quería contarte de ese amor.
Y en un reflejo, a mis espaldas,
tu silueta se despedía,
Adios, mi gran amor. 
Estática me veías
creo que ahí entraste en mí,
me alejé entre el pasto triste,
Somos una, un solo amor. 




martes, 26 de agosto de 2014

La NO inspiración

No
Estoy
Inspirada

Pero quiero desatar este nudo que me agarra adentro,
quiero sacarme la presión de sentir que debo,
quiero volcarme en quién soy.
Quizás, algúna mirada caiga y encuentre una nueva faceta mía,
desconocida,
interesante.

Tengo el motor quemado de pensar en no pensar,
de imaginar que soy un personaje
que no soy
porque esas cosas solo pasan en la tele.

Quiero más, mucho más,
y ya lo siento entre los dedos.
Vos mirás desde lejos y lo querés
pero te falta tanto.

Entonces me pierdo,
porque a veces vos y yo somos nosotros,
a veces vos, no sos vos
y sos otra persona, con otro aspecto,
con otro deseo,
a veces tu voz es de otra persona y me quiere a mi.

A veces ni yo me quiero, ni se que quiero,
pero no saco la mirada del camino,
siempre me distraigo facil.

No
Estoy
Inspirada

Y se nota cuando las palabras no tienen ningún sentido.


lunes, 28 de julio de 2014

Video juego

Es un momento aislado del resto que parece eterno, un instante en el que se toma la decision de hacer algo distinto, algo nuevo e impensado. En ese momento logramos sacarnos los miedos y las dudas de la espalda y damos el primer paso, con cautela, un segundo y un tercero y así hasta llegar a destino. Finalmente actuamos - quizás algo forzados- y descubrimos que no existe tal cosa como el cuco, desbloqueamos un nuevo pergamino que se abre y libera un eco distante que avisa "Level Up". Encontramos nuevos pensamientos, deseos y emociones, nos otorgan como premio una medalla al valor y nuevos poderes.
 Descubro mientras escribo que la vida es un video
juego eterno, donde el nuevo nivel nos trae otras dificultades y nuevas dudas internas, la realidad es que nuestro enemigo más complejo somos nosotros mismos, pero sin embargo seguimos jugando, seguimos viviendo, seguimos siendo generadores de nuestra propia historia.
Filosófica, creo que puedo decir que me levanté filosófica y metafórica, esas cosas que pasan después de un fin de semana que nos pone en frente nuevas pruebas, me inspiran las charlas que terminan de decantar unos días después, un poco después que se va el ultimo resabio de resaca. Y me decido a escribir sobre ellas, como descarga, porque en algún lado se guardan los secretos y las historias.
Concluyo pensando que este es un juego que no voy a dejar de jugar, ya pasé niveles que dijeron que eran difíciles, acá estoy. Gané, perdí, me premiaron y aprendí las tácticas correctas para superar cada enemigo. La cabeza y el corazón me dicen que siga y voy a seguir, total en la mochila, tengo todavía monedas para comprarme las armas que me falten.

Donkey Kong no me gana más

jueves, 3 de julio de 2014

Palabras fantasmas

♀ "Nunca había comprendido la magnitud de las palabras" dijo entre risas mientras pasaba a la computadora el resultado de una mañana de trabajo. Hablaba sola, había alcanzado un punto de su vida en el que disfrutaba de su propia compañía y se encontraba muchas veces riendo o contestando en voz alta las cosas que pasaban en su cabeza. Pensó en todas las veces que usó esas palabras y en las consecuencias que trajeron consigo.Recordó cientos de eventos, positivos, negativos, bizarros. Muchas veces había abierto las puertas a nuevas amistades, el refuerzo de muchas relaciones. Había reunido viejos amigos que de tanto tiempo sin verse ya no sabían cuál era la razón de la distancia. Esas palabras calmaban llantos, aún a la distancia, daban calor y teletransportaban a una persona a donde fuera necesitada. Notó que no era la misma respuesta ante la novedad de uso, que era ahí dónde caminaba al filo de la cornisa. Es la "primera vez" el momento en que se hace real. Ahí es donde las palabras se convierten en una suerte de Godzilla asesino mezclado con ninjas y Voldemort con cuernos de Belcebú y es ahí donde el destinatario tiembla, se le ven las piernitas tiritando y la duda en los ojos. Dudas que no eran necesarias, porque estaba todo claro, era un monstruo transparente y extrovertido. Volvió a reírse, esta vez por la metáfora elegida, dejó el escritorio y fue a buscar un café. Decidió no pensar más en eso y siguió con la mente en la carga de datos. Se le vino su cara a la mente, recordó lo que sintió, lo que pensó y lo que usó como antesala a sus palabras, básicamente dijo: "Ahora voy a decirte algo y seguro esas palabras se conviertan por producto de tu cabeza en un zombi robot programado para perseguirte dormido y despierto, un monstruo que come cachorritos y bebés, pero quedate tranquilo que es un inofensivo producto de tus miedos" y lo hizo, lo dijo despacito, con calma, dándole la mano para que lo asimilara, mirando directo a los ojos para que viera en la profundidad que era honesto. Inmediatamente después de confesar parpadeó, y antes de terminar de esbozar la sonrisa que surge después de sacarse un peso de los hombros, antes de terminar de abrir los ojos, vio como delante suyo había una cortina de humo tras la cual -a la distancia- vio a su acompañante corriendo destartalado. Miró a su lado, y ahí notó que parado a su lado estaba el monstruo, verde, grande, viscoso, con las vísceras expuestas, un parche en el ojo izquierdo y un enorme tatuaje con calaveras y fuego en el brazo derecho. Ambos se quedaron estáticos, cruzaron la vista y se encogieron de hombros entre risas. Ella dijo "Nunca había comprendido la magnitud de las palabras" y se retiró a seguir con su rutina. ♀

lunes, 30 de junio de 2014

Sin Sentido, Catártico

Viajaba en colectivo, cruzaba una mirada, otra, una más, inmediatamente se ponía a imaginar. Caminaba por la calle y trataba de recordar el orden de las historias que escribía en el aire -claramente no era posible, su memoria nunca aceptó guardar las ideas fielmente- trataba de unirlas para generar algo mayor. Más de una vez se encontró bailando y tarareando entre el público, eran esos los únicos momentos donde se filtraba el verdadero ser. Inmediatamente lo notaba y se resguardaba en la seriedad y en la frialdad que los años le habían recomendado mantener. Tenía alma de escritora y en cada viaje imaginaba una historia, protagonizado siempre por aquella que tenía un corazón grande del que brotaba amor como una fuente, un corazón grande e incomprendido, con mucho amor, y aún así, vacío.Pasaba las horas escuchando música que no le permitiera pensar sobre lo que sentía, y si algo se escapaba entre el pentagrama, proyectaba en el personaje. Corría por todos lados, siempre con la máscara puesta, siempre con la palabra muda. No lo aceptaba pero ella solo quería una historia de amor, de esas de novela, de esas puras, de esas que se cuentan y hacen que el resto se enamore. Los años le habían jugado una mala pasada, ya no dejaba que se viera en la profundidad de sus ojos ese destello que tanto supo mostrar. No confiaba en nadie, había entrado en clausura emocional y no permitía que la consciencia le jugara la mala pasada de abrir el candado. Sin embargo, sabía que de a ratos, se asomaba por la ventana el personaje -quién había sabido ser la persona real hasta la revolución- y bailaba sonriéndole a las sombras. Esos eran los momentos más tristes. La reaparición le recordaba los fracasos, entonces no quedaba opción. Ella tenía alma de escritora, de bailarina, de romance, y cada vez que ese alma se escabullía entre los barrotes, el personaje entraba más fuerte que nunca a tomar la posición de realidad. Y amordazaba, encadenaba, golpeaba. No aceptaba querer una historia de amor, por eso dentro de la jaula, jugaba con las sombras a que ese amor llegaba a liberarla.